ACTO JUSTICIA PRESIDENCIA DE CUBA
La FSM en America Latina y El Caribe ratifica su apoyo a la Comunidad de
Estados Latinoamericanos y Caribeños expuesta en su Declaración en ocasión de
su fundación y declara su satisfacción por la asunción de Cuba a su Presidencia
derrotando pretensiones imperiales que durante decenas de años la han
estigmatizado e intentado aislar y que aun bloquean criminal y cruelmente
desafiando el llamado de la comunidad internacional así como mantienen
injustamente confinados en sus cárceles a 5 héroes cubanos por luchar contra el
terrorismo.
La CELAC constituye el
hecho histórico más importante de la región en los últimos doscientos años como
afirmara el líder histórico de la Revolución Cubana, el compañero Fidel Castro.
Por primera vez se reúnen los mandatarios de los gobiernos latinoamericanos y
caribeños sin la presencia intimidatoria de gobiernos extra regionales.
Los valores que sustenta la FSM la identifican de, manera natural, con
los empeños integracionistas de la CELAC tendentes a fortalecer el bienestar de
nuestros pueblos.
Al concordar en un Plan
de Acción en materia económica, social, energética, ambiental y cultural; al
plantearse la búsqueda de la integración, la solidaridad y la paz regionales;
al expresar sus aspiraciones de inclusión social, crecimiento con equidad y
desarrollo sustentable desde la unidad y la integración; elementos
imprescindibles ellos para enfrentar con éxito los desafíos existentes, merece
la CELAC nuestro respaldo.
También amerita nuestro
apoyo el que la CELAC se constituya en instrumento de concertación y defensa de
la identidad, las aspiraciones y la cultura regionales, bajo los principios
básicos de la inclusión de los países
que la integran así como el establecimiento de mecanismos para generar e
implementar planes, políticas y programas regionales comunes en función del
desarrollo sostenible y la preservación del entorno.
Anhelamos además que la
CELAC se plantee considerar a la región una zona de paz, en la que exista el compromiso de todos los
países que la integran de resolver conflictos y diferencias por las vías del
diálogo y la negociación.
En materia económica, la
CELAC ha declarado auspiciar el enfrentamiento a la crisis financiera
internacional y construir una nueva arquitectura. En materia social, avanzar en
la inclusión y la erradicación de la pobreza y del hambre que las políticas
neoliberales no han resuelto como tampoco ninguno de los problemas que figuran
en el centro de las aspiraciones de los pueblos.
Estos empeños y no en una
mera estratagema política para pretender sustituir mecanismos existentes, como algunas señalan,
lo que la haría vacía de valores y de sustento en sólidos pilares que la
amalgaman, son en los que consiste, en nuestra opinión, la fortaleza de la
CELAC.
No puede desconocerse que la CELAC expresa valores más profundos pues
comienza a hacer realidad los sueños bolivarianos, martianos, de nuestros más
claros próceres, que desde las luchas independentistas anticoloniales
avizoraron la necesidad de unirnos.
Con la CELAC se
reivindican, como manifestara el Presidente cubano Raul Castro en el acto
fundacional, más de dos siglos de luchas y esperanzas. Llegar tan lejos, dijo,
nos ha costado esfuerzo, pero también sangre y sacrificio.
¿Puede estarse ajeno,
además, a desconocer que el origen de la CELAC se enmarca, también, en la llegada en la región de gobiernos más
comprometidos con la independencia regional y la justicia social, y el fracaso
en el área de los modelos
neoliberales y los esquemas de libre-comercio?
¿No constituye causa de
la creación de la CELAC el descrédito de la política de Estados Unidos en la
región? ¿No lo es, asimismo, el surgimiento de la ALBA y la UNASUR evidenciando
una voluntad integracionista?
Desconocer esto solo puede tener como pretensión despojar de las sólidas
razones que los trabajadores latinoamericanos y caribeños debemos reconocer
para solidificar nuestro acompañamiento a la CELAC en la medida que esta haga
realidad los propósitos que ha declarado impulsará.
Este apoyo no ignora
nuestra aspiración a alcanzar los principios de complementación y enfoque social que caracterizan a la
Alianza Bolivariana de los Pueblos (ALBA). Al contrario, los reafirma pues los
gobiernos que integran la CELAC todos, tendrán que llegar a estar conscientes
que sin justicia social los objetivos de independencia, soberanía, desarrollo e
integración; no podrán alcanzarse.
Anhelamos que en el marco
de la CELAC se pueda lograr alejarnos de condicionamientos que caracterizan las
ayudas de países donantes, por lo general desarrollados, que obstaculizan
avanzar en una nueva América Latina y Caribeña.
Ello superaría tendencias
que llaman a privilegiar relaciones basadas en el llamado “Libre Comercio” con
los países desarrollados y por el contrario hacer prevalecer las políticas que
privilegian modelos de desarrollo alternativo, como la Alianza Bolivariana para
los Pueblos de Nuestra América (ALBA) con una visión más centrada en términos
del mercado interno y el desarrollo del mercado regional, con una mayor
regulación del estado.
Ello posibilitaría que la
CELAC fuese libre para constituirse en foro por excelencia para concertar las
posiciones latinoamericanas sobre los principales temas de la agenda
internacional y promover medidas multilaterales para resolver las raíces
estructurales de la actual crisis.
Al saludar la próxima
cumbre de la CELAC en Santiago de Chile, reafirmamos lo expresado en nuestra
Declaración de apoyo a la CELAC al ser constituida:
“…..Debemos ser conscientes, que en las naciones que se enfrentan con modelos sociopolíticos más radicales de cambio, sus pueblos y gobiernos, sufren el acrecentamiento de las acciones agresivas del gobierno de los Estados Unidos y sus aliados quienes adoptan nuevas y variadas formas que van desde la asignación de grandes sumas de dinero para la subversión, hasta el incremento de bases militares con el propósito evidente de impulsar retrocesos e intervenir en los casos en que se pongan en peligro sus apetencias y su avaricia sobre los recursos naturales de todo tipo, y particularmente el petróleo y el gas, que originan hoy guerras de rapiña en otras regiones.
Por todo ello, hoy más que
nunca el llamado a la unidad de los trabajadores desde posiciones de clase
cobra nueva vigencia ante los intentos de subversión y adormecimiento de sus
luchas mediante un discurso conciliador y comprometedor con fórmulas basadas en
el neoliberalismo que ya demostró ser rechazado y fracasado, debido , entre
otras razones, a que las políticas laborales de flexibilidad del trabajo
precarizan el empleo, los salarios, las condiciones de vida de los trabajadores
e impiden su libre organización…..”
Ratificamos que aspiramos a disponer, en las estructuras que se crean,
mecanismos de participación que permitan el fortalecimiento de las
organizaciones sindicales en los países que la integran para que deje así el
movimiento sindical de ser mero espectador en la voluntad de avanzar hacia una
sociedad más equitativa y pueda ocupar su lugar en la trinchera por las
trasformaciones sociales que buscan ese otro mundo posible al que ansían los
pueblos.
La FSM aspira a que el movimiento sindical de
América Latina y el Caribe acompañe este proceso de integración como condicionante ineludible para avanzar hacia el desarrollo sostenible y
el bienestar de todos los ciudadanos.
FEDERACION SINDICAL
MUNDIAL