EL MOVIMIENTO OBRERO Y SINDICAL EN EL SIGLO XXI
Han transcurrido muchos años desde la creación en
1790 del primer Sindicato y del establecimiento en 1864 de la primera
Organización Sindical Internacional. El Movimiento Obrero y Sindical ha
avanzado extraordinariamente en la obtención de logros e importantes
victorias.
El asunto más importante resuelto gracias a la aparición de los
sindicatos, ha sido el descubrimiento de en aquel entonces joven clase,
la Clase Obrera que de inmediato penetró dentro de la vida social,
política y sindical de todos los países.
Aunque hasta el siglo 18 muchas personas creían que
el desarrollo social era determinado por reyes, príncipes, dioses y
espíritus, comenzaron a darse cuenta que tanto el progreso social como
el desarrollo, dependían de la acción conjunta de las masas populares.
Para las ciencias sociales, este análisis influyó grandemente en el
desarrollo en los siglos 19 y 20.
El camino desde 1790 hasta nuestros días, ha sido un
camino de dificultades, grandes éxitos, importantes victorias, pero
también de debilidades, errores y retrocesos. Dentro de esta rica
historia, el papel de la FSM también ha sido significativo. Su creación
el 3 de Octubre de 1945 fue una conquista del Movimiento Obrero y
Sindical. Ello representó un salto cualitativo. Fue sin lugar a dudas el
primer intento serio y estable por lograr la unidad y coordinación del
proletariado a nivel mundial en contra del fascismo, el capital y el
imperialismo. La autoridad y dinamismo de la FSM preocupó a los Estados
Unidos, al Reino Unido, y al capital internacional inmediatamente por lo
que decidieron subvertir y desintegrar esta organización.
La historia de los últimos 60 años es bien conocida.
Se han escrito muchos libros sobre el tema al igual que documentos de
importancia histórica apoyados en el testimonio de muchos protagonistas
contemporáneos que aún viven, por lo cual los hechos históricos no
pueden ser desmentidos.
Durante estos últimos 60 años, la FSM nunca se ha
alineado junto a los monopolios ni las corporaciones transnacionales.
Nunca ha estado al lado de la burguesía y los imperialistas. Tampoco la
FSM ha mantenido una posición neutral. Siempre ha estado al lado de las
batallas por los derechos de los trabajadores en el mundo y de los
pueblos que lucharon y luchan por la paz, el progreso y la abolición de
la explotación del hombre por el hombre.
La FSM ha jugado un importante papel en los
movimientos transcendentales en Asia, Oceanía, África, Europa,
Latinoamérica y el Medio oriente. En estos 60 años de historia, también
ha habido omisiones y errores. Sin embargo, ello no ha minimizado en
nada la rica y positiva historia de la FSM. Nos sentimos orgullosos de
esa historia y hemos aprendido a partir de nuestras victorias,
éxitos y errores.
En la actualidad, en los albores del siglo XXI, se
han producido cambios significativos en el equilibrio mundial. Estos
cambios le han proporcionado importantes ventajas a las fuerzas del
capital en contra del trabajo. El dominio temporal del capital
intensifica la explotación capitalista de los pueblos y de los estados;
las riquezas producidas por el trabajo se concentran cada vez más en las
manos de las minorías ricas del mundo.
El progreso de la ciencia y la tecnología en todos
los campos del saber, el rápido uso de dichas tecnologías en la
producción, se utilizan hoy día para proporcionarles a las corporaciones
transnacionales mayores ganancias. En una sociedad sin explotación del
hombre por el hombre, las nuevas tecnologías deberán, como logros de la
humanidad, estar al servicio del hombre para que este trabaje menos,
gane más, disfrute de mejores condiciones de protección e higiene en el
trabajo, goce de más tiempo libre, mejores oportunidades para su
disfrute personal, tenga más cultura, educación y salud. Ello significa
vivir mejor y por más tiempo.
Hoy día eso no ocurre; por el contrario, la
explotación se ha intensificado y las grandes riquezas van a parar a los
bolsillos de unos pocos. Ciento quince (115) millones de niños son
analfabetos. Un niño muere cada 3,6 segundos. En Nueva Orleáns, EE.UU,
1, 577 personas pobres perdieron la vida. Solamente en los países de la
Unión Europea, el desempleo sobrepasa los 30 millones. De acuerdo con
datos de la UNESCO, más de 921 millones de personas viven en cuartuchos o
chozas. Esta es la realidad en la mayoría de los países capitalistas,
sin tomar en cuenta si en esos países gobiernan o no fuerzas
neo-liberales, conservadoras o social-demócratas.
A comienzos del siglo XXI, vemos que el
neo-colonialismo surge nuevamente y de manera reforzada con nuevas
características y elementos. En África muchos países se encuentran bajo
intensas presiones por parte de EE.UU y lo mismo ocurre con
Latinoamérica. En Asia al Gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica
le preocupa el vertiginoso desarrollo que se viene produciendo en la
república Popular China. En los antiguos países socialistas de Europa,
la clase obrera se encuentra en un estado feudal. El racismo, el
neo-fascismo y la xenofobia están reapareciendo de manera gradual. La
revuelta de los inmigrantes en Francia y Estados Unidos, así lo
demuestran.
En nuestras luchas, los
reveses de 1989-1991 trajeron aparejado un cambio en la correlación de
fuerzas que le proporcionó a los EE.UU. la dominación del mundo. Aunque
somos de la opinión que tal omnipotencia es sólo temporal, ello ha
generado guerras, el cambio de fronteras estatales, millones de
refugiados, la muerte de personas inocentes, la abolición de la
independencia y soberanía de los países y la esclavitud de naciones.
Todo esto ha convertido a las Naciones Unidas en una pantalla de los
EE.UU., del Reino Unido y de sus aliados para la comisión de actos
ilegales. Los datos estadísticos expresan que bajo el imperialismo
contemporáneo unos 8,5 millones de refugiados y otros 21 millones de
personas han tenido que emigrar de una región a otra dentro de sus
propios países.
Utilizando el pretexto de la guerra contra el
terrorismo, se han restringido los derechos democráticos y sindicales de
los trabajadores; también se han restringido las libertades humanas.
Las naciones, pueblos y gobiernos, se ven amenazados. Grupos
todopoderosos controlan la prensa capitalista y han impuesto sus
términos anti-democráticos de información. Ellos calumnian y manipulan
las informaciones, dicen mentiras y concentran grandes ganancias. El FMI
y el Banco Mundial son mecanismos capitalistas y sus políticas generan
problemas para los pueblos.
LAS TESIS DE LA FSM
La FSM está profundamente convencida de la sustancia
de estos nuevos retos; reconoce los cambios en el balance mundial de las
fuerzas del poder; reconoce asimismo las transformaciones en los
trabajadores, sus nuevas necesidades y demandas. Pero mientras todos
estos cambios se producen, permanece intacta la ley fundamental del
capitalismo: los trabajadores producen la riqueza, pero en el proceso de
su creación, dichas riquezas son apropiadas por el capital.
Esta es la imagen real del mundo en que hoy vivimos; de manera que los temas
que trataremos son cruciales para el Movimiento Obrero y Sindical.
¿Qué tipo de sindicatos necesitan hoy los
trabajadores? ¿Con qué estrategias? ¿Con cuáles tácticas? ¿Qué debe ser
implementado? ¿Qué debe ser cambiado? ¿Cuán nuevas son las teorías que
hoy se propugnan repetidas muchas veces después de 150 años? ¿A quiénes
pertenece el futuro? ¿Acaso juzgaremos a los sindicatos más por sus
palabras u omisiones que por su obra?
La nueva dirección de la FSM ha comenzado un nuevo camino basado en los
documentos, las decisiones, y la declaración Final del Consenso de La
Habana. Durante el 2006 hemos organizado junto con nuestras
organizaciones afiliadas, amigas, personalidades del mundo sindical y
político, enriquecedores diálogos sobre temas adoptados en el mes de
Diciembre del 2005 durante la celebración del XV Congreso Sindical
Mundial sobre temas contemporáneos. Asimismo, se le da seguimiento a
todos los eventos y hechos tomando en consideración las consideraciones y
aportes hechos por los sindicatos que pertenecen a Organizaciones
sindicales Internacionales o que siguen una línea independiente.
Basados en este democrático y enriquecedor diálogo,
las prioridades de la FSM pueden resumirse en 10 aspectos fundamentales.
Cada uno de estos principios es, de por si, un tema de esencial
importancia que será debatido por la FSM con el objetivo de escuchar
desacuerdos y críticas y para desarrollar actividades a nivel ramal,
local y regional.
Las actuales diez prioridades de la Federación Sindical Mundial:
1. Para poder expresar las demandas de los trabajadores en la actualidad, el Movimiento Sindical deberá guiarse por los principios de la lucha de clase y orientado hacia ella. El estudio de la historia del movimiento obrero de los últimos doscientos años, indica que lo logrado por los trabajadores a nivel mundial, ha sido mediante lucha y esfuerzo. En ninguna parte del mundo, ningún patrón ni ningún gobierno capitalista ha resuelto, por iniciativa propia, los problemas de clase. Nuestro movimiento sindical no abraza teorías que rechacen las luchas de clases.
2. La Federación Sindical Mundial cree en la independencia de las organizaciones sindicales fuera del marco de los monopolios y de las corporaciones
transnacionales. Vivimos en una sociedad dividida en clases, por lo
tanto los sindicatos representan a los trabajadores con sus
características contemporáneas: una gran coalición de amplias capas
populares. Desde el punto de vista organizativo, los sindicatos deben
ser independientes de los partidos políticos, es decir deben funcionar
por sí mismos y ser autónomos para responder a las políticas
gubernamentales que sean dañinas a las capas populares. Deben ser
financieramente independientes para no depender de fuentes secretas.
3. Existe actualmente un serio inconveniente en los problemas que atañen a las libertades democráticas y sindicales como consecuencia del terror implantado por los patronos y la violencia perpetrada por el Estado. Los recientes paradigmas que han surgido contra los huelguistas en Corea del Sur, la violencia desatada por el gobierno en México contra los maestros en huelga, las atrocidades del régimen colombiano perpetradas contra los sindicalistas luchadores, el moderno sistema de vigilancia implantado en toda Europa, las amenazas hechas a los trabajadores de la construcción en Australia y otras muchas situaciones, constituyen evidencias irrefutables. La Federación Sindical Mundial ha señalado el peligro que representan las medidas adoptadas en nombre del terrorismo por parte de los gobiernos de Estados Unidos, del Reino Unido y de sus aliados, los que constituyen meros instrumentos para socavar los derechos humanos y conspirar contra la humanidad progresista.
4. La lucha en pos de la democracia y la indetenible actividad sindical, no sólo son constantes sino concretas. En un período de demencia imperialista, la lucha por la paz es para el movimiento de lucha de los trabajadores un objetivo y una tarea primordial. Las primeras víctimas de la agresividad de Estados Unidos y de la OTAN, son los trabajadores y las capas populares. Son asesinados en sus hogares en sus centros de trabajos, se les recarga con las tareas pesadas de la recuperación tras los estragos de la guerra. La paz mundial ayudará a todos los pueblos de los países en desarrollo. Es por eso que la Federación Sindical Mundial está presente en el desarrollo de un amplio y masivo movimiento anti-bélico y pone énfasis, además, en los puntos claves de tal movimiento: el internacionalismo, la solidaridad y el apoyo a los trabajadores provisto de un contenido nuevo y enriquecido. La Federación Sindical Mundial se pronuncia a favor de la abolición y destrucción de todas las armas nucleares en todos los países donde se encuentren, sin excepción de ninguno.
5. La humanidad entera se ha percatado en los últimos quince años de la negativa correlación de fuerzas que domina a las instituciones internacionales como las Naciones Unidas, que legaliza los ilegales actos de agresión de los gobiernos de Estados Unidos. Esto constituye un hecho muy negativo. El movimiento sindical desarrolla acciones masivas y amplias exigiendo que las Naciones Unidas se conviertan en un órgano justo e independiente de los poderosos que habitan la Tierra. Nuestros tiempos necesitan de ese tipo de organismos internacionales.
6. La nueva dirigencia de la Federación Sindical Mundial ha evaluado la necesidad de lograr un frente constante contra la burocracia y la élite sindical para volver a ganar en autoridad, confianza y aceptación. La historia nos enseña que los principios de colectividad, crítica, operatividad democrática y competencia, ayudan al movimiento sindical. Los dirigentes sindicales deben ser sencillos, estar con la gente sencilla, amar a los trabajadores y no convertirse en aliados potentados del capital. Los dirigentes sindicales verdaderos deben estar educados en los principios y valores del movimiento obrero. Deben estimar la base, a los trabajadores.
7. Vivimos en el siglo del conocimiento y la información. Las corporaciones transnacionales tratan de mantener el conocimiento y la especialización, solamente para sus cuadros y dirigentes. Es más imperativa que nunca la necesidad de los trabajadores de tener acceso y derecho al conocimiento, la cultura y la educación. En este contexto, la educación sindicalista, aquella que podría llegar a todos los trabajadores con seminarios, escuelas, grupos e institutos, sería muy útil. La investigación y el conocimiento científico son herramientas necesarias. Le aportan otras ventajas al movimiento sindical, ya que se dirigen esencialmente a la juventud, a las mujeres, a los intelectuales, a los emigrantes por motivos económicos. La entrada de ellos, revivificará al movimiento. Es indispensable que los nuevos miembros sindicales posean un nivel educacional, cultural y mental superior.
8. La Federación Sindical Mundial lucha por mejorar
las vidas de los trabajadores, resolver su seguridad económica y sus
demandas laborales formadas por sus necesidades dependientes de su
entorno y momento. Aboga por la participación de todos los trabajadores en los sindicatos así como por el establecimiento y el funcionamiento de las organizaciones sindicales de cada país, contenido en los estatutos de la Federación Sindical Mundial propugnando la lucha por la abolición de la explotación del hombre por el hombre, elemento cualitativo que aporta fuerza a la lucha de los trabajadores convirtiéndola en el motor impulsor de la historia en la construcción de una sociedad sin injusticias sociales, sin guerras, con democracia, libertad y con derecho al conocimiento y a la información.
9. La Federación Sindical Mundial lucha contra el imperialismo cultural encaminado a la distorsión de la historia sin respeto a las tradiciones, ni a la cultura, ni a las particularidades de cada nación tratando, mediante una propaganda parcializada, de imponer en el mundo entero una sociedad al estilo de la estadounidense. Cada nación, cada país, cada organización sindical, tiene su propia historia, sus propias características. La Federación Sindical Mundial respeta y valora estos elementos y exhorta a la juventud a estudiar la cultura y la historia de sus respectivas naciones.
10. La Federación Sindical Mundial, después del
décimo quinto congreso sindical mundial, escribe una nueva página en la
que afirma estar presta - no obstante las diferencias que pudieran
existir en el plano político e ideológico - a cooperar y a colaborar con
otras organizaciones sindicales internacionales, con los sindicatos
nacionales, regionales y sus homólogos en aras de la promoción de los
intereses de los trabajadores del mundo. Los únicos criterios en que se
fundamenta la cooperación de la Federación Sindical Mundial son los de
igualdad, respeto mutuo, aceptación de las diferencias de cada uno y en
la concepción conjunta de los objetivos comunes. La Federación Sindical
Mundial no visualiza a los sindicatos como enemigos. Mira a los enemigos
en términos de capital e imperialistas.
Un principio fundamental de la Federación Sindical
Mundial fue, y es, la promoción de la UNIDAD de todos los trabajadores
con independencia de sus ideologías, credos, color, idioma y género.
Estos elementos de la Unidad, deberán caracterizar las batallas
sindicales aunando filas alrededor de ellos de forma tal que la lucha
contra el capital sea más masiva y eficaz. En esta unidad en la lucha,
los desposeídos, los campesinos, los sin tierras, los trabajadores por
cuenta propia, los grupos de personas que se preocupan e interesan por
el mundo en que vivimos y en su futuro, deben tener un sitio.
Vivimos en la era de la globalización, cuyo elemento
dominante es el neoliberalismo y la acumulación de exceso de poder en
manos de unos cuantos. Se ha perdido el equilibrio internacional, pero
esperamos que sea temporalmente. Opongámonos a la globalización,
globalizando la lucha. La Federación Sindical Mundial, organización que
cuenta con más de 60 años de experiencia y actividad, ha renovado
actualmente su orientación de clase, lo que constituye una esperanza
para revivificar el movimiento sindical a nivel mundial.
Atenas, Enero de 2007